El Melilla no consiguió dar continuidad a su buena dinámica de juego y resultados ante el Extremadura, que sumó un triunfo con valor doble al certificar su presencia en Primera RFEF. Suerte muy dispar corrió la escuadra norteafricana, abocada a pelear por estar en el tercer nivel nacional en la siguiente fase. Los goles iniciales de Rubén Mesa y Kike Márquez dejaron sin efecto el posterior de Iker Hernández.
Los dos equipos saltaron al Francisco de la Hera plenamente conscientes de la importancia del encuentro. Con el conjunto azulgrana volcado sobre su perfil izquierdo llegaron las primeras internadas, con Kike Márquez y Pastrana como protagonistas. También lo intentó por el costado derecho Nico a través de una cabalgada, pero su centro no fue rematado con acierto. Dos avisos para alertar antes del gol, llegado justo antes de cumplirse el cuarto de hora en un centro de Pastrana al que dio continuidad en el área Kike Márquez para que Rubén Mesa se aprovechase de la falta de entendimiento entre Alberto y Rubén Gálvez. El tanto premió el atrevimiento y descaro de un Extremadura que sometió por completo a los pupilos de Ángel Viadero.
Los futbolistas de Manuel Mosquera siguieron amasando la pelota. La escuadra norteafricana, por su parte, trató de sobrevivir al temporal con balones profundos, como el que domó Fran García para servir un centro sobre el que no llegó ningún rematador. Con el paso de los minutos creció el cuadro azulino mediante un Isi que entró en contacto con la pelota e hizo orbitar a sus compañeros sobre su figura. Sin embargo, la respuesta de los atacantes anfitriones fue fulminante. Primero, Rubén Mesa reventó la pelota sobre el poste tras un pase picado de Sergio Gil. La continuación de la jugada tuvo como protagonista a Kike Márquez, que lanzó una volea que Rubén Gálvez tocó pero no pudo desviar. Fue el 2-0. Aún pudo ampliar la ventaja acto seguido Nico con un cabezazo que blocó el portero onubense tras otra internada de Pastrana, imparable. Lejos de hundirse, el Melilla encontró su tabla de salvación en Iker Hernández, que avivó la esperanza con un tanto de bellísima factura tras girarse y picar la pelota sobre la figura del meta local.
Si animada fue la primera parte, el inicio del segundo acto dibujó un correcalles con llegadas constantes en ambas áreas. Los exteriores anfitriones siempre superaron a sus marcadores y generaron peligro a un equipo que solo encontró salidas limpias mediante Isi y Borja Díaz. A la hora de juego, Pastrana volvió a la carga con otro zurdazo que se escapó a pocos centímetros de la escuadra derecha. Para la recta final del encuentro, Ángel Viadero cambió a sus dos delanteros y fijó a Agus Alonso entre los centrales para dotar a los suyos de mayor profundidad. Pese a ello, siempre asomó la amenaza del tercer gol para la escuadra local. A falta de diez minutos, Attipoe soltó un disparo durísimo desde la frontal para dar por finalizada una jugada muy bien trenzada por sus compañeros en la banda derecha. El cambio en los laterales visitantes tampoco dio el resultado esperado ante unos futbolistas muy agresivos en el uno contra uno. Sin mayores sorpresas transcurrieron unos lances finales en los que el jugador número doce tuvo un papel decisivo a la hora de llevar en volandas a un equipo que certificó ayer su presencia en la recién creada Primera RFEF. Al Melilla, por su parte, le tocará esperar.
Más de lo mismo. Equipo apático. El primer gol fue una "cantada" de un portero que le gustan "las palomitas" pero no manda en su área. A lo largo de la liga poco juego se ha visto y mucho peloteo sin ton ni son. Sintiéndolo mucho, lo justo es que descienda de categoría. Lo contrario sería SUERTE.
Estaba claro. Con este "plantel" no había nada que hacer. Nos vemos en tercera, si es que no se finiquita el club. Nunca hubo un presidente más nulo que el actual. Ha permitido a Torices hacer lo que ha querido. Jugadores de tercera división, sin clase ni talento. Ningún futbolista con algo de pedigrí quiere venir a una ciudad tan aburrida como yerma.